PREFACIO
"Para el bienestar intelectual de toda la humanidad, del que depende todo otro bienestar, es necesaria la libertad de opinión; y esto por cuatro motivos:
Primero.- Una opinión, aun reducida al silencio, puede ser verdadera. Negar esto es aceptar nuestra propia infalibilidad.
Segundo.- Aunque la opinión reducida a silencio sea un error, puede contener, y con frecuencia contiene, una porción de verdad; y como la opinión general o prevaleciente sobre cualquier asunto rara vez o nunca es toda la verdad, sólo por la colisión de opiniones adversas tiene alguna probabilidad de ser reconocida la verdad entera.
Tercero.- Aunque la opinión admitida fuera no sólo verdadera, sino toda la verdad, a menos que pueda ser y sea vigorosa y lealmente discutida, será sostenida por la mayoría de los que la admitan como un prejuicio, con poca comprensión o sentido de sus fundamentos sociales.
Cuarto.- El sentido de la misma doctrina correrá el riesgo de perderse o debilitarse, perdiendo su vital efecto sobre el carácter y la conducta; el dogma se convertirá en una profesión meramente formal, ineficaz para el bien, pero llenando de obstáculos el terreno e impidiendo el desarrollo de toda convicción real y sentida de corazón, fundada sobre la razón o la experiencia personal."
John Stuart Mill (1806-1873)
No siendo mi intención el resultar cursi o presuntuoso, he de decir, que después de años de inmensa soledad he encontrado a mi alma gemela. Por azares de la vida, recientemente he tenido la enorme fortuna de leer la obra filosófica de John Stuart Mill, filosofía y pensamientos que comparto casi en su totalidad, por lo que este blog intentará difundir dichos pensamientos, homenajeando así a ese maestro y defensor de la libertad del individuo y por ende de la libertad de expresión, libertad que en la era de la "sociedad de la información" aun se intenta enmudecer.
Gracias por leerme...
Un saludo...
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